Puede gustar más o menos, pero no hay duda de que la artista islandesa se ha convertido en un icono cultural mundial en el paso del siglo XX al XXI. Ninguna otra estrella del pop (si es que se la puede calificar de esa forma) ha protagonizado una exposición en el MoMA de Nueva York, abierta hasta el 7 de junio. Aquí tienes cinco razones para no perderte la espectacular muestra. (Foto: Justin Lane/EPA)
El particular universo de Björk ha invadido Manhattan. En marzo se inauguraba en el MoMA de Nueva York, templo del Arte contemporáneo, una muestra retrospectiva de la polifacética cantante y compositora islandesa. Más allá de que uno disfrute con su música o no, lo cierto es que las iniciativas artísticas de Björk siempre están al límite de la experimentación y la creatividad, en un flirteo constante con la ciencia, la tecnología, el diseño y la moda.
Precisamente la moda es una de las cinco razones por las que no debes perderte la exposición en la que se exhibe, entre otros, el polémico vestido con forma de cisne que la islandesa lució en la gala de entrega de los Oscar 2001, a la que acudió (y en la que cantó) por estar nominada a la Mejor Canción Original por la banda sonora de ‘Bailando en la Oscuridad’ de Lars Von Trier. El diseñador del traje, el macedonio Marjan Pejoski, se ha mostrado encantado de que «el cisne» se exponga en el MoMA: «Es magnífico que se siga hablando del vestido 15 años después». Otra de las prendas más reconocibles de Björk que podemos encontrar en la exposición es el jersey de Tyvek que la artista lleva en la portada de su disco ‘Post’ de 1995.

Otro de los grandes atractivos de la retrospectiva es descubrir el origen de los sonidos únicos que podemos escuchar en muchas canciones de Björk. En el lobby del MoMA se exponen algunos de los instrumentos que la compositora ha creado para ejecutar sus melodías, como los que diseñó exclusivamente para el álbum ‘Biophilia’ de 2011 (y que se usan en el método educativo que la islandesa ha conseguido que se incluya en el sistema educativo nórdico). Por ejemplo una bobina Tesla, un arpa de gravedad o un «gameleste», mezcla de una celesta y un gamelán asiático.
En la tercera planta del museo nos espera una nueva dimensión de Björk, la más personal, narrada a través de los diarios que la artista escribió desde los 9 años, mucho antes de convertirse en un fenómeno mundial pero cuando ya aparecía cantando en espectáculos infantiles de la televisión islandesa. En los cuadernos aparecen sus experiencias, mezcladas con collages de artistas como De Kooning o Baselitz. De la narrativa expositiva usada en el recorrido por la vida de Björk se ha encargado el popular y rompedor escritor islandés Sjón, poeta, novelista y letrista que ganó el Premio de Literatura del Consejo Nórdico en 2005.

Para muchos, lo más llamativo de la exposición es la experiencia inmersiva de ‘Black Lake’, canción incluida en ‘Vulnicura‘, noveno álbum de estudio de Björk. En el Marron Atrium de la segunda planta se ha construido un pequeño auditorio en el que se proyecta, en dos pantallas opuestas, el espectacular videoclip de ‘Black Lake’ rodado para la ocasión con cámaras de 360 grados por Andrew Thomas Huang. El espacio se encuentra completamente forrado por pequeñas estructuras cónicas de fieltro (simulando volcanes) diseñadas por la firma neoyorquina de arquitectura The Living teniendo en cuenta el análisis visual de las ondas que provoca la melodía de la canción. A la especial sensación sonora que produce la reverberación de esta construcción ayudan los 42 altavoces distribuidos estratégicamente por toda la estancia.

Si ninguna de estas cuatro razones te ha convencido, solo nos queda una más para ayudarte a decidir si quieres visitar la exposición de Björk en el MoMA neoyorquino. Recientemente, la revista TIME la ha incluido como una de las 100 personalidades más influyentes de 2015. El por qué lo escribe la conocida artista performativa serbia Marina Abramovic: «Como artista, ella (Björk) siempre está al límite de todo, pero no es ‘trendy’ porque incluso cuando trabaja con las últimas tecnologías, modas, imágenes o sonidos, siempre ofrece su único y profundo mundo personal. La auténtica magia de Björk radica en que nos enseña el coraje de ser nosotros mismos».