La música clásica no es aburrida. Aunque no resulte tan mediática como el pop, el indie o el rock, en los países boreales goza de muy buena salud. Dinamarca y Finlandia celebran el 150 aniversario del nacimiento de sus dos grandes nombres en este sentido, Carl Nielsen (en la foto de portada, durante su juventud) y Jean Sibelius, con infinidad de actos y conciertos. Nos lo cuenta Kim Bohr, director de las Orquestas de la Radiotelevisión Danesa.
En el último tercio del siglo XIX y el primero del XX se vivieron momentos cruciales para la Historia del Norte de Europa: Noruega se independizó de Dinamarca y Suecia en 1905 y Finlandia de Suecia primero y Rusia después en 1917. Cada país intentó fortalecer los rasgos que lo diferenciaban de sus vecinos. La música fue uno de esos rasgos. Edvard Grieg en Noruega, Carl Nielsen en Dinamarca y Jean Sibelius en Finlandia dibujaron con sus sinfonías la soledad en los fiordos, un viaje en barco por las Islas Feroe o los bosques infinitos de la región de los mil lagos finlandeses. A todos ellos les hemos dedicado una interesantísima edición de nuestro programa. Ponte los auriculares y déjate llevar:
2015 es un año muy especial para la música clásica nórdica: se cumplen 150 años del nacimiento de dos de sus mayores figuras: Jean Sibelius y Carl Nielsen. Sibelius es uno de los grandes símbolos de la cultura finlandesa. Con sus canciones y sinfonías, este elegante compositor formado en Viena y Berlín recreó en forma musical el mundo épico y fabuloso del ‘Kalevala’. Por su parte Nielsen, de origen mucho más humilde, además de sus sinfonías compuso canciones folclóricas que hoy en día conocen la mayor parte de los daneses. El director de la DR SymfoniOrkestret Kim Bohr añade que Nielsen «tenía una especie de plan con respecto a la música: quería que la gente escuchara primero sus canciones y luego acabara interesándose por la música clásica.»

Ese interés se mantiene hoy en día en todas las generaciones de la población nórdica, y concretamente en la de Dinamarca. Además de proporcionar una buena educación musical en las escuelas, las instituciones plantean la música clásica y la sinfónica como unas interesantes propuestas de ocio para cualquier edad. La SymfoniOrkestret de la radiotelevisión pública danesa cuenta con diferentes formaciones cuyas actividades tratan de atraer a públicos muy diferentes. En 2014, a sus conciertos acudieron más de 250.000 espectadores. «Nuestra orquesta de cámara interpreta mucha música pop. Es una manera de tocar para gente que no constituye la audiencia habitual de música orquestal ni de música clásica. Así atraemos a todo tipo de públicos. Tenemos también una escuela coral infantil, con casi 300 componentes de entre 5 y 21 años. Ellos tienen un público muy fiel e igualmente amplio. E incluso tenemos una banda de jazz con 90 instrumentistas que… Sí… Interpretan piezas meramente jazz pero también otras mucho más experimentales.»
«La idea es combinar cualquier música de buena calidad, independientemente del género, ya sea clásico, jazz, experimental o popular. Y así abarcamos a la mayor parte de la población, sean cuales sean sus gustos.» Para Kim Bohr, el manejo de los canales de comunicación, más allá de las escuchas a través de discos o plataformas online de pago, resulta fundamental para que la población se acostumbre a disfrutar de este tipo de entretenimiento que es la música clásica o sinfónica contemporánea. «El secreto del éxito está en que nuestra música aparezca constantemente en la radio, en la televisión y también en internet. A lo mejor no es muy divertido ver un concierto por televisión, pero si lo organizas en torno a una buena historia que contar al espectador, puedes llegar a nuevas audiencias que no hubieras imaginado.»
Y en cuanto al contenido, no solo se trata de que las orquestas interpreten el repertorio de los grandes clásicos como Grieg, Nielsen o Sibelius, ni que pongan un sonido espectacular a canciones de otras disciplinas como el pop o el jazz (¡escucha nuestro programa para comprobarlo!). En la zona nórdica hay actualmente muchos compositores cuyo talento ha sorprendido desde hace años a la crítica y al público no solo boreal, sino de todo el planeta. Hace poco hacíamos referencia a la jovencísima islandesa Anna Thorvaldsdóttir, pero no podemos olvidar a uno de los compositores vivos más importantes del mundo, Arvo Pärt. «Desde Estonia, Arvo Pärt crea canciones para coros y orquestas que te llegan directamente al corazón», asegura Kim Bohr. Ha recibido premios internacionales y su música se ha escuchado en los auditorios más renombrados. En los últimos 5 años, el creador estonio es el compositor vivo más interpretado en las salas de conciertos de todo el mundo por delante de John Williams (autor, entre otras muchas, de la banda sonora de «La Guerra de las Galaxias»). Posiblemente Arvo Pärt sea a Estonia lo que Grieg, Nielsen o Sibelius fueron para sus países a comienzos del siglo XX. Lo mismo ocurre con Thorvaldsdóttir en la joven Islandia.

Como hemos señalado más arriba, en 2015 se cumplen 150 años del nacimiento de los dos grandes genios nórdicos Jean Sibelius y Carl Nielsen. Finlandia y Dinamarca han preparado cientos de actos para celebrarlo. Por ejemplo, el aeropuerto de Helsinki ha acogido una exposición única con fotografías que los prestigiosos miembros del estudio Aho & Soldan tomaron durante 1927 en la mansión Ainola de Sibelius. Imágenes domésticas del último período del famoso compositor que todos los viajeros han podido disfrutar en el aeropuerto entre vuelo y vuelo.
Y en el caso de Carl Nielsen , la Biblioteca Real de Dinamarca ha publicado en formato libro y tras 15 años de minuciosos trabajos las Obras Completas del compositor: partituras, textos líricos, cuentos, anotaciones… 39 volúmenes muy atractivos con un carácter didáctico y de lenguaje sencillo, para todas las edades.
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