La isla de las ovejas voladoras

Feroe - Hemisferio Boreal

En las islas Feroe, a merced del viento y las mareas atlánticas, la población de ovejas supera ampliamente a la humana. Hasta hay quien señala que el nombre del archipiélago significaba, en su origen, «islas de las ovejas». No es de extrañar, por tanto, que allí estos lanudos animales puedan incluso volar. (Foto en Suduroy: Ancji)

Hace mucho tiempo, 4 hermanos que no paraban de pelearse pastoreaban sus ovejas cuando se vieron envueltos en una repentina y total oscuridad. Invadidos por el pánico, prometieron al cielo no volver a discutir si sobrevivían a esa inesperada y maléfica noche. Inmediatamente después, el sol volvió a iluminarlo todo. Esta leyenda feroesa responde a un hecho real: el eclipse total de sol que sumió al archipiélago atlántico en las tinieblas durante unos minutos el 30 de mayo de 1612. Eclipse que volvió a repetirse en marzo de 2015 y al que le dedicamos una playlist de música feroesa con canciones pop, folk y electro de Eivør, Hogni, Sakaris, Greta Svabo Bech, BYRTA. Música para escuchar a oscuras:

Desgranando la leyenda del eclipse observamos que hay algo que hace tremendamente especial a las Feroe, y no nos referimos a ningún fenómeno geográfico, meteorológico ni astronómico sino a las ovejas. Estos mamíferos rumiantes tan comunes cobran un carácter casi mágico en el archipiélago atlántico. Cualquiera podría pensar que en las Feroe hubo ovejas antes que humanos. Ya en el siglo IX, algunos documentos históricos recogen la presencia de ganado ovino con la llegada de los primeros exploradores noruegos. Además, durante cientos de años hubo una raza autóctona y semisalvaje, la Dímunarseyðurin, que se extinguió a finales del XIX y cuyo origen, aseguran los expertos, data del Neolítico.

Ovejas cerca de Klaksvík. Foto: Ophfoto/Getty Images
Ovejas cerca de Klaksvík. Foto: Ophfoto/Getty Images

Hoy en día, la población de ovejas (unas 70.000) supera a la de las personas, alrededor de 50.000, repartidas por las 18 islas que componen el archipiélago. No es extraño cruzarse con este tipo de res lanuda por las carreteras en cualquier mañana lluviosa, paseando por las calles de los pueblos o incluso sobre los tejados de los edificios multicolores de baja altura; incluso su lana ha llevado al éxito internacional a la moda feroesa.

Oveja bajo la lluvia en la isla de Vidoy. Foto: Shaul Schwarz
Oveja bajo la lluvia en la isla de Vidoy. Foto: Shaul Schwarz

La importancia y la peculiaridad del ganado ovino feroés es tal que incluso algunos ejemplares pueden volar de isla en isla. Sin alas… Ocurre cada año cerca de la remota localidad de Tjørnuvík, la población más al Norte de la isla de Streymoy. Allí, antes de que el Atlántico desate su furia otoñal a finales de septiembre, se celebra cada año una fiesta en torno a las ovejas. El acto central consiste en una subasta de las mejores cabezas de la zona. El objetivo: recaudar fondos que ayuden a sanear las arcas del pequeño municipio. Buena parte de esas ovejas pasta a sus anchas en un islote cercano, Stakkurin, al que solo puede accederse a través de una rudimentaria cabina suspendida por cables a cientos de metros de altura sobre el océano, entre los acantilados. 

Ovejas sobre los acantilados de Streymoy. Foto: Jonathan Nackstrand/AFP/Getty Images
Ovejas sobre los acantilados de Streymoy. Foto: Jonathan Nackstrand/AFP/Getty Images

Si te preguntas cómo es esto posible y qué sentido tiene, en este espectacular vídeo realizado a golpe de dron puedes ver el sistema con el que se traslada a las ovejas, «volando» sobre el Atlántico, desde el islote de Stakkurin hasta Streymoy, para ser subastadas en el pueblo. Y todo sigue pareciendo una leyenda, como aquella de los pastores iracundos y el sol ensombrecido…

 

Que las ovejas son unos habitantes más que especiales en las Islas Feroe queda patente en la última iniciativa del departamento de turismo del gobierno feroés. El archipiélago atlántico es uno de los únicos lugares de Europa que aún no se puede visitar de forma virtual a través del servicio Street View de Google. Así que, a falta de coches que recorran ciudades y carreteras de las islas fotografiando el terreno, se ha usado a las ovejas para que realicen esta labor mientras pastan a sus anchas. Ellas son las protagonistas de Google Sheep View y este es un ejemplo del resultado que puedes disfrutar en 360 grados de visión.

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