«The New Yorker» y la invasión sueca… del pop

La publicación americana dedica un reportaje a la gran fábrica escandinava de éxitos musicales desde dos puntos de vista: el de las canciones escritas por suecos y cantadas por estrellas como Taylor Swift y Katy Perry y el del pop puro de nuevos nombres del país nórdico que se abren camino en Estados Unidos: Tove Lo y Mapei. (Foto de portada: Paul A. Hebrt/Getty Images)  

«¿Te gusta el pop sueco? Probablemente tu respuesta será ‘sí’, aunque no sepas de ningún artista nacido en Suecia». Así comienza Sasha Frere-Jones su reportaje «La invasión sueca« para la revista «The New Yorker», publicado el 1 de diciembre. El título resulta acertado si tenemos en cuenta que, más allá de ABBA, Ace Of Base o Roxette (nombres del pop mundial netamente suecos) muchos cantantes norteamericanos que actualmente residen en el olimpo de la música superventas están ahí gracias a composiciones de autores del país escandinavo, o mejor dicho, de un autor del país escandinavo.

«The New Yorker» se refiere a Max Martin, rey Midas del pop mundial en la sombra desde hace 15 años. Productor, letrista y compositor, Martin obtuvo sus primeros hits internacionales creando canciones para Backstreet Boys y N*Sync. El más importante de esos éxitos de los 90 fue ‘… Baby One More Time’ para Britney Spears. Desde entonces, Max Martin ha compuesto éxitos para Kesha, Katy Perry, Pink, Kelly Clarkson o Taylor Swift. Según Billboard, el autor sueco es el tercero con más números 1 de la Historia. El primer y el segundo puesto lo ocupan Paul McCartney y John Lennon. Además en 2013 creó Wolf Cousins, toda una factoría de talentos que trabajan haciendo canciones con el sello Martin, según «The New Yorker»: temas cortos, sonidos brillantes, «in crescendos» prometedores… Y también un pequeño espacio para que la personalidad del cantante en cuestión pueda salir a escena en momentos inesperados.

El sello Martin es, en gran medida, el resumen del enorme éxito de la industria sueca del pop hoy en día. En su reportaje, Sasha Frere-Jones no solo se refiere a las canciones creadas por Max Martin para importantísimos nombres norteamericanos. También hace alusión a dos artistas suecas que están empezando su carrera y que acaban de publicar sendos álbumes con la quintaesencia del buen hacer musical escandinavo. La primera de ellas es Tove Lo.

En septiembre de 2014, Tove Lo, que por cierto forma parte del anteriormente citado colectivo Wolf Cousins, dio a luz su trabajo ‘Queen of the Clouds’, que «The New Yorker» resume como «simple, electrónico y sin pretensiones», como demuestra su último single, que lleva más de 170 millones de reproducciones en YouTube:

Un caso similar, aunque con música menos contundente y más delicada, es el de Mapei. Para «The New Yorker», su primer álbum ‘Hey Hey’ es un buen reflejo de lo que se cuece en la cocina del pop sueco: mezcla de estilos, trabajando las melodías hasta el mínimo detalle y mucha autenticidad:

¿Cuál es para ti la canción sueca perfecta?