Que un aeropuerto acoja una biblioteca para los pasajeros ya es de por sí algo reseñable, pero que esta se organice con un curioso sistema de préstamo basado en la confianza llama aún más la atención. Aunque Estonia es conocida por sus avances en materia digital y tecnológica, he aquí un ejemplo de que el libro en papel sigue estando de plena vigencia y continúa traspasando todo tipo de fronteras.
El aeropuerto Lennart Meri (nombrado así en honor al ex-presidente estonio fallecido en 2006) también es conocido como Ülemiste, denominación del lago junto al que se encuentra ubicado, a las afueras de Tallinn. La pequeña terminal cuenta con 8 puertas de embarque, varios comercios, zonas de descanso con cómodos asientos de piel y hasta una cabina para poder comunicarse con el mundo vía Skype, plataforma creada en Estonia hace más de una década.

Sin embargo, por lo que más destaca este aeropuerto, conocido también por ser uno de los más agradables de Europa, es porque cuenta con una biblioteca muy especial. Como informa la revista Bustle, a falta de una librería en el recinto las autoridades aeroportuarias decidieron dedicar un espacio de la terminal a la lectura. En la primavera de 2013, entre las puertas de embarque 1 y 2 montaron varias estanterías y comenzaron a llenarlas con libros que llegaban a través de numerosas donaciones de instituciones y particulares. Hasta el actual Presidente de Estonia y su esposa entregaron varios volúmenes. Cubrieron el suelo con alfombras y pusieron lámparas y butacas: todo listo para llegar, escoger un título, sentarse, leer y pasar ese rato tan tedioso que queda hasta subirse al avión.
El acceso a los libros de la Biblioteca del aeropuerto de Tallinn es totalmente gratuito pero cabe la posibilidad de que uno empiece a leer algo y no pueda terminarlo antes de coger el vuelo. No hay problema, la organización confía en sus lectores. El pasajero se lo puede llevar de viaje con dos condiciones: que apunte el destino del vuelo en la ficha adjunta al libro y que lo devuelva a las estanterías del aeropuerto cuando vuelva a Tallinn (o que lo envíe de regreso de cualquier otra manera).

Así pues, se puede decir que Estonia ha creado la primera «biblioteca volante» del mundo, con libros que viajan sin parar surcando los cielos, desde el Báltico hasta Australia, y de allí hasta México pasando por la India. Se trata de una iniciativa que llama la atención si tenemos en cuenta que la república nórdica es uno de los países más avanzados del mundo en materia de tecnología digital. En pleno auge del ebook, ¿quién se atreve a decir que el libro en papel está en desuso?
Aunque nos encontremos en pleno vuelo transoceánico, ¿qué otra cosa puede hacernos sentir más en casa que disfrutar con la lectura de un buen libro en cualquier parte del mundo? Por cierto, la mayoría de los títulos que nutren las estanterías de la Biblioteca del aeropuerto de Tallinn están en inglés, ruso o estonio.
Y… ¿Si ayudamos a que también haya volúmenes en español? ¿Qué libro dejarías allí para que formara parte de la sala de lectura viajera?
Fotos: Tallinn Airport