En medio de un lago, en una antigua mina a cielo abierto o en una playa remota y perdida en el océano, cualquier lugar es bueno para organizar un festival musical veraniego en la zona boreal. Aquí tienes una lista con los cinco eventos nórdicos y bálticos que se celebran en las localizaciones más insospechadas y espectaculares. (Foto: Hilde Mesics, Trænafestivalen)
Sumar música, buen tiempo y naturaleza da como resultado la fórmula perfecta para disfrutar de la vida y la cultura al aire libre en el Norte de Europa. Durante junio, julio y agosto la geografía nórdica y báltica se encuentra plagada de festivales y conciertos de cualquier estilo musical y para toda clase de públicos. Carteles repletos de grandes estrellas del pop y del rock pero también con nombres prestigiosos de ritmos menos mainstream como el country o el jazz. Sin embargo, no solo su contenido hace atractivos a los festivales musicales de verano en el Norte de Europa: también las localizaciones que los acogen. Y en este sentido, hemos confeccionado una pequeña lista con los cinco eventos boreales que más te van a sorprender por los escenarios naturales en los que se celebran.
1 • into the valley • Suecia

A 280 kilómetros al noroeste de Estocolmo, en la provincia de Dallarna y en medio de una zona boscosa, se encuentra la antigua cantera de Dalhalla, un enorme pozo excavado antaño por la minería, con paredes de piedra caliza y un lago al fondo del mismo. Aunque ha sido el marco de espectáculos musicales de forma puntual desde 1991, por primera vez acoge en 2015 into the valley, un festival de ritmos electrónicos con un claro objetivo: llevar lo mejor de la escena electro de la cosmopolita capital sueca a un espacio natural, convirtiendo la cantera de Dalhalla en el club nocturno más espectacular de Suecia. Si la acústica y el programa de conciertos no te resulta lo suficientemente interesante, puedes bañarte en el lago junto al escenario e incluso beber de sus aguas cristalinas. Al festival se puede llegar a él gracias a un tren especial que sale de Estocolmo.
2 • G! Festival • Islas Feroe

Ya te hablamos de él en un extenso reportaje en 2014 pero no podía faltar en la lista de festivales en los emplazamientos más alucinantes. G! Festival tiene lugar en una playita enclavada entre rocas en una de las islas Feroe. Se trata de una localización con mucha historia, porque aquí el héroe patrio Tróndur í Götu luchó contra los noruegos que en el siglo XI terminaron cristianizando a las poblaciones del archipiélago. Además de naturaleza e historia, G! Festival rebosa autenticidad porque junto a la playa (y, por tanto, el escenario) se encuentra la pequeña localidad de Syðrugöta. Sus escasos 400 habitantes se vuelcan en la organización, ofreciendo a los asistentes hospitalidad y cobijo. Y esto contrasta enormemente con los artistas en cartel, una magnífica selección de lo mejor del pop, rock, electro y folk nórdico. Sin duda se trata de una gran ocasión para disfrutar de los impresionantes paisajes feroeses escuchando la sorprendente y amplia variedad de registros musicales de los grupos del archipiélago.
3 • Leigo Lake Music • Estonia

Imagina que estás remando en un lago, al anochecer. Un lago repleto de puntos luminosos flotantes. Y en el centro del mismo, en una pequeña isla, una orquesta interpreta melodías clásicas. ¡Despierta, porque no es un sueño! Esta idílica estampa se hace realidad cada año en Estonia, en el festival Leigo Lake Music. A 25 kilómetros de Tartu, la segunda ciudad más importante de la república báltica, se encuentra el lago Leigo, en plena campiña estonia, entre bosques y pastos. La idea del festival se le ocurrió hace ya dos décadas a Tõnu Tamm, cineasta y coleccionista de arte. Tamm tenía la obsesión de acrecentar la capacidad de un lago en el municipio de Leigo. Lo consiguió y además restauró un caserón cercano y adecentó las praderas colindantes. Posteriormente creó el festival, que es una mística mezcla resultante de unir arte, música y naturaleza. Para darle aún más magia al evento, durante los conciertos nocturnos arden hogueras controladas en toda la ribera del lago, creando un espectáculo de luz y música de lo más sorprendente. En el programa de Leigo Lake Music priman los sonidos clásicos, las orquestas, los coros y las voces líricas.
4 • Sūpynės • Lituania

El mayor representante de los festivales nórdicos y bálticos que se celebran en emplazamientos naturales es este evento que dura 4 días y 3 noches y tiene lugar en un claro del parque nacional Aukštaitija, casi a orillas del lago Pakretuonė, en el centro de Lituania. Solo se puede llegar al recinto después de bajarse del tren y caminar 20 minutos por un frondoso bosque de pinos altísimos. Sūpynės cumple 10 años y, aunque es poco conocido fuera de las fronteras lituanas, se ha convertido en todo un referente de la música electrónica báltica. Que la naturaleza convive perfectamente con los ritmos electros se pone de manifiesto en los nombres de los 4 escenarios del festival, MORE, LESS, LOW y HIGH, en los que la música que se pincha está relacionada con diferentes estados anímicos. La importancia que el entorno natural tiene en este evento queda reflejada en sus estrictas normas de convivencia: nada de dejar basura o restos de comida por el suelo, obligado reciclar y usar productos ecológicos a la hora del baño. ¿Quién se puede imaginar vivir una experiencia electrónica en lo más profundo del bosque?
5 • Trænafestivalen • Noruega

El paraíso no solo tiene por qué estar en los trópicos. Es el lema de uno de los festivales de música que tiene lugar más al norte del mundo. Træna, una pequeñísima localidad situada en un remoto y mínimo archipiélago bajo el Círculo Polar Ártico, acoge cada verano este evento que va mucho más allá de la música. ¿Qué otro festival te da la posibilidad de llegar a él tras navegar durante una semana en un velero por los fiordos? Trænafestivalen se celebra en julio, y de nuevo el emplazamiento natural juega un papel relevante, ya que los escenarios en los que tienen lugar los diferentes conciertos apenas cuentan con más aderezos que los amplificadores, los micrófonos y los instrumentos, aprovechando al máximo el entorno que ofrece Træna: el embarcadero, una cueva junto al mar… Además, se trata de una ocasión única para escuchar en acústico y de muy cerca a las nuevas y prometedoras estrellas del panorama indie noruego, como Emilie Nicolas (escúchala en nuestra playlist ‘Verano Chill…’) o la banda Highasakite.