Los héroes del poderoso pop sueco

Ante la última victoria de Suecia en el Festival de Eurovisión, cabe preguntarse una vez más qué tiene la música de ese país nórdico que tanto convence al público de todo el planeta. La respuesta la encontramos en un interesante reportaje de la revista Scandinavian Traveler, que se remonta a los orígenes del llamado «milagro sueco». (Imagen: Robert Hilmersson)

La noche del 23 de mayo de 2015, Suecia se echaba a las calles para celebrar una nueva victoria en el Festival de Eurovisión. La segunda en tan solo tres años, la sexta en total, poniendo al país en el segundo puesto del palmarés histórico del certamen con tan solo un triunfo menos que Irlanda (que tuvo su época dorada en el eurofestival durante los años 90). Apenas 2 días después de su «coronación» en Viena, el sueco Måns Zelmerlöw y su canción ‘Heroes’ lideran las descargas en iTunes de 21 países europeos y se encuentran entre los 10 más escuchados en lugares tan dispares como Kazajistán, Australia o Costa Rica.

En las últimas 15 ediciones del concurso, las canciones suecas han quedado en el top 8 de la clasificación final en 9 ocasiones, 3 de ellas en lo más alto del podio. Además, en Eurovisión 2015 se ha repetido otro hecho que se viene produciendo desde hace varios años. Aproximadamente una cuarta parte de las propuestas de otros países concursantes tienen autoría o producción musical sueca, (en 2015 han sido 8 en total).

¿De dónde viene este dominio sueco del pop comercial que escuchamos en la radio, en las plataformas digitales y en webs especializadas?

La respuesta nos la da un extenso reportaje publicado en la revista Scandinavian Traveler titulado «El sonido sueco del éxito». Eurovisión es un claro ejemplo más de este reinado de los suecos en las hitlists de todo el mundo, en las que hoy encontramos habitualmente nombres del país escandinavo como Avicii, First Aid Kit, Tove Lo, Icona Pop o Swedish House Mafia. Y, como ya contamos en un artículo anterior, las canciones más conocidas de Katy Perry, Taylor Swift o Lady Gaga también llevan sello sueco.

En Scandinavian Traveler nos cuentan que todo empezó a finales de los 80 con un conocido dj de la noche de Estocolmo, Denniz Pop, que en 1990 consiguió producir un sonido nuevo arreglando y lanzando el tema de Dr. Alban ‘Hello Africa’. Pese a las primeras críticas, la canción se convirtió en todo un hit a nivel nacional e internacional.

Mientras otros suecos muy conocidos triunfaban con una fórmula tradicional de pop/rock, el dúo Roxette, en 1992 Denniz Pop creaba en el centro de Estocolmo un laboratorio musical de sonidos, compositores y autores que se acabaría convirtiendo en el germen del pop que revolucionó las listas de éxitos de finales de los 90: Cheiron Studios. De allí salió, por ejemplo, Jörgen Elofsson, cuyas canciones, interpretadas por estrellas norteamericanas como Britney Spears o Kelly Clarkson, han vendido ya 150 millones de copias.

Poco a poco, la todopoderosa industria musical anglosajona se fue fijando en ese sonido fresco, novedoso, con ritmos veraniegos que recordaban al reggae y con influencias que mezclaban el rap o las armonías de ABBA. Ese sonido que lanzó a la fama mundial a un cuarteto en el que, en un principio, ningún experto musical confió, Ace Of Base. De los estudios Cheiron y bajo la tutela de Denniz Pop surgió Max Martin, que como ya te contamos (largo y tendido) se ha acabado convirtiendo en el rey midas del pop anglosajón y que con sus 54 hits que han alcanzado el top 10 de la lista Billboard, por delante de figuras como Elvis, Madonna o The Beatles, se puede considerar como el autor más exitoso de la historia.

Sin embargo, el ‘boom’ de la industria sueca del pop no se reduce a Denniz Pop, Cheiron o Max Martin. Al rebufo del éxito de esta fórmula, y una vez que los ojos de las discográficas y los productores se iban poniendo cada vez más en ese lugar «tan exótico y lejano» que era Estocolmo, surgieron otros estudios con autores y compositores que buscaban sonidos diferentes, como Murlyn. De esta factoría salió, por ejemplo, el hit ‘Toxic’ de Britney Spears en 2003.

La creatividad y la continua experimentación musical de los estudios suecos no han dejado de evolucionar desde entonces. En 2008 nacía para el éxito otro nombre que creó su propio sonido pop lanzándolo a lo más alto de las listas, y que luego ha creado escuela. RedOne, de familia emigrante marroquí, probó suerte escribiendo canciones para diversos artistas nórdicos, pero se dio a conocer mundialmente produciendo un tema de la entonces desconocida Lady Gaga, ‘Pokerface’.

Y, como en progresión geométrica, los artistas/autores/compositores suecos «rompelistas» se han seguido multiplicando desde entonces. Por solo nombrar a algunos, Johan “Shellback” Schuster ha producido éxitos como ‘Moves Like Jagger’ de Maroon 5; Rami Yacoub y Carl Falk con ‘Starships’ de Nicki Minaj y la incorporación más reciente al olimpo sueco del pop, Tove Lo, que además de haber sacado su brillante y propio disco ‘Queen of the Clouds’, ha escrito grandes temas para otros, como ‘Love Me Like You Do’ de Ellie Goulding.

Y como ellos, decenas de nombres que se encuentran en la sombra de infinidad de canciones que todos hemos escuchado alguna vez en los últimos años.

Pero, ¿cuáles son las razones de este dominio absoluto de los sonidos suecos en el mundo del pop?

Como explica el profesor de la Universidad de Pittsburgh Ole Johansson en el extenso reportaje de Scandinavian Traveler, influyen varios factores: la existencia de un espacio físico reducido en el que interactuar y en el que todos ellos se han formado, que es la ciudad de Estocolmo, una actitud colaborativa más allá de la competitividad (Tove Lo ha escrito temas junto a Max Martin, y este con Jörgen Elofsson y así sucesivamente) y una especial sensibilidad para la creación de melodías por encima de las canciones.

Por cierto, en el reportaje de Scandinavian Traveler podrás poner nombre a todas esas caras que aparecen en la foto de portada de este artículo. Autores, cantautores, cantantes, compositores y productores suecos que forman parte de esa pléyade de héroes que, igual que Måns Zelmerlöw ganando el sexto festival de Eurovisión para Suecia, hacen de la música sueca algo universal de lo que todo el planeta disfruta.