La fórmula de la felicidad escondida en Estonia

Björk (Mondino) - Hemisferio BorealJunto con el de la eterna juventud, ha sido el estado más ansiado por el ser humano a lo largo de los tiempos. Y lo sigue siendo. ¿Cómo conseguir la felicidad? La respuesta se encuentra desde finales del siglo XVIII en la Universidad de Tartu, la más antigua de Estonia, donde se guarda un revelador estudio de plena vigencia 200 años después. (Foto: Jean-Baptiste Mondino)

Tratan de vendernos la solución con cientos de libros de autoayuda y de productos milagrosos. Sin embargo, para encontrar la respuesta a la pregunta «¿Cómo ser felices?» basta con que viajemos a Estonia y retrocedamos en el tiempo más de 200 años. Pero antes, dale al play en el reproductor si quieres poner banda sonora a esa búsqueda de la felicidad con las mejores canciones nórdicas y bálticas relacionadas con el tema.

Como informa el portal de noticias de la televisión pública estonia ERR, en 1795 el profesor de origen alemán Georg Friedrich Parrot (1767-1852) que llegó a ser rector de la Universidad de Tartu, publicó un estudio en el que daba solución a uno de los mayores misterios de la Humanidad: el secreto de la felicidad.

El bien común por encima de las necesidades personales

Parrot resumió sus años de investigación al respecto en un breve y sencillo esquema. La idea principal: es más fácil conseguir la felicidad a través del bien común que de forma individual. A diferencia del momento actual, en el que todos tratamos de satisfacer nuestras necesidades y deseos personales sin tener en cuenta a los demás, los teóricos de la Ilustración veían la felicidad como algo que debe ser compartido por toda la comunidad.

Y aunque la realidad de los regímenes monárquicos absolutistas de la época era bien diferente, los ilustrados abogaban por gobiernos cuya meta tendría que ser el bienestar de los ciudadanos. Como señala la periodista estonia Lea Leppick «cada miembro de la sociedad necesitaba tener un objetivo específico y sentirse responsable para ayudar a alcanzar el bien común; todos tenían que sentir que estaban siendo útiles».

Fórmula de la felicidad - Hemisferio Boreal
Reproducción de la fórmula de la felicidad ideada por Parrot. Foto: Universidad de Tartu

 

El académico ilustrado Parrot parte de esta idea en su esquema sobre la fórmula de la felicidad custodiado en la Universidad de Tartu. Un esquema con dos pilares fundamentales que deben interactuar entre sí: el ser humano y sus capacidades y el poder de la Naturaleza. De ese poder deriva el desarrollo de la actividad económica (en un mundo, el del siglo XVIII, aún dominado por la agricultura); y de las capacidades humanas dependen la educación y el conocimiento al que deben aspirar todos los miembros de la comunidad.

De vuelta al siglo XXI, puede parecernos algo ‘naïf’ el esquema del antiguo rector de Tartu. Sin embargo, analizando el reciente Informe Mundial de la Felicidad 2015, elaborado por un conjunto de expertos a instancias de la ONU, podemos ver que los países que ocupan el top de los más felices (de un total de 158), cumplen la mayor parte de las premisas del esquema de Parrot. Y esos países no son otros que los de la zona boreal: Islandia (puesto 2), Dinamarca (3), Noruega (4), Finlandia (6) y Suecia (8) se caracterizan por sociedades con una fuerte presencia del bienestar social, progreso sostenible, sensibilidad especial de las instituciones y los ciudadanos hacia la cultura y la Naturaleza, sensación de libertad y eficaces sistemas educativos públicos.

Universidad de Tartu - Hemisferio Boreal
Edificio central de la Universidad de Tartu, Estonia. Foto: studyinestonia.ee

 

Por supuesto que no todo es felicidad en los países nórdicos. No podría entenderse de otra forma en lugares en los que la oscuridad, la nieve y el frío lo invaden todo la mitad del año. Como el librero y experto en novela negra nórdica Paco Camarasa nos contaba en una entrevista, precisamente esas condiciones meteorológicas favorecen en la zona boreal el individualismo y el aislamiento, pero no cabe duda de que las sociedades nórdicas son las más avanzadas del mundo en eso de buscar el bienestar. A pesar de la cercanía geográfica, el complicado pasado histórico de las repúblicas bálticas quizás influya en que no se encuentren muy arriba en la lista de países más felices del mundo. Lituania ocupa el puesto 56, Estonia el 73 y Letonia el 89. ¿Tendrán en cuenta los gobiernos de la zona el esquema con la fórmula de la felicidad custodiado en Tartu?

Para terminar, en su artículo para el servicio de noticias de la radiotelevisión estonia, Lea Leppick hace alusión a uno de los pensadores ilustrados por excelencia, Voltaire, que dijo «he decidido ser feliz porque es bueno para mi salud». A lo mejor la felicidad es, en parte, una elección, una actitud, algo que podemos decidir ser a pesar de la oscuridad o del frío.

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