Con el tamaño de 4 penínsulas ibéricas es la segunda isla más grande del mundo. El 85 % de su superficie se encuentra bajo el hielo, y tiene una de las densidades de población más pequeñas del planeta. En cambio, en este lugar aparentemente desolador, florecen más que interesantes propuestas musicales que van del pop al folk pasando por el rock. Te invitamos a que descubras a continuación lo mejor del panorama sonoro inuit.
Como cuenta el periodista Ander Izagirre en su libro ‘Groenlandia cruje (y tres historias islandesas)’, la gran isla situada entre el Atlántico Norte y el Océano Glacial Ártico, entre Europa y América, es algo más que una extensión casi inabarcable de hielo y piedra. Sus algo más de 60.000 habitantes, muchos de ellos de raza inuit, están acostumbrados a vivir en condiciones extremas y han sufrido un cambio radical en su forma de vivir, del nomadismo al sedentarismo, en tan solo un siglo y medio.
Geografía física y humana peculiar, por tanto, de la que muy pocos hablan. Por eso hemos dedicado un programa íntegro a conocer algo más de esta región autónoma de Dinamarca, de sus costumbres, sus curiosidades y, cómo no, de su música. Haz clic en el siguiente reproductor para ponerle sonido a todo:
Nuestras recomendaciones musicales groenlandesas comienzan con Small Time Giants. Este cuarteto creado en la localidad de Qaqortoq y que define su música como post-rock, está despuntando cada vez más en la escena internacional. Sus integrantes afirman que en las canciones que componen, influyen el viento ártico y la nieve, aunque sus directos, rebosantes de energía, resultan de todo menos fríos. En febrero de 2012 la banda publicó ‘Six shades of heart’, su único disco hasta la fecha, de una factura original e impecable y, en 2013, recibió el Koda Talent Award por su habilidad por encontrar nuevas formas de presentar su música (hasta el propio packaging del álbum es espectacular).

Nanook es el nombre del Rey de los Osos Polares en la mitología inuit, pero también el nombre del perro de la infancia de Christian K. Elsner. Cuando éste y su hermano Frederik decidieron formar una banda de rock, quisieron llamarla como a su mascota, que por cierto era también muy blanca y con mucho pelo. En 2009 los hermanos Elsner y los otros tres componentes de Nanook lanzaron su primer álbum al mercado, ‘Seqinitta Qinngorpaatit’ (Nuestro sol brilla sobre ti), y fue un éxito casi instantáneo. Junto al segundo, en 2011, vendieron 10.000 copias, cifra nada desdeñable, menos aún teniendo en cuenta que Groenlandia tiene 60.000 habitantes. En 2013 publicaron un recopilatorio con versiones especiales de sus canciones y, hoy en día, constituyen la principal banda de rock inuit de la isla.
«Ni los mejores escritores de cuentos infantiles del mundo juntos podrían inventarla». Así presentan algunos a la cantante groenlandesa de pop-folk Nive Nielsen. Su primer concierto fue ante la reina Margarita de Dinamarca, ha actuado en una peli con Colin Farrell y se muestra orgullosa de pertenecer a la raza inuit. Con su característico ukelele rojo compone canciones intimistas con toques naïf junto a su pareja y la banda de ambos, The Deer Children. Dice que lo suyo es el estilo «indie inuit» o «snow songs». Ha sacado un disco, ‘Nive Sings!’ con temas en inglés y en inuit y acaba de terminar una intensa gira que la ha llevado por Canadá y Estados Unidos.

El de Julie Berthelsen (en la foto bajo el titular) es un viaje de ida y vuelta. Nació en la ciudad danesa de Aarhus, pero toda su infancia y adolescencia la pasó en Nuuk, capital de Groenlandia. Allí comenzó a cantar, primero en la escuela, después haciendo los coros en el grupo rock amateur de su padre. Volvió a Dinamarca para estudiar Medicina en la Universidad y se presentó, por probar suerte, a un talent show televisivo en 2002. Entró en el programa y llegó al segundo puesto. Desde entonces ha publicado cinco discos de puro pop escandinavo, ha vendido miles de copias y ofrecido conciertos en toda la zona nórdica. En 2012 paró temporalmente su carrera musical para ser madre de un niño que, curiosamente, ha llamado Nanooq.
Un caso «geográficamente» parecido es el de Simon Lynge. Originario de Holsterbro, Dinamarca, creció en Qaqortoq, al sur de Groenlandia, lugar en el que ha fijado su residencia definitiva. Cantautor viajero, en sus comienzos actuó en pequeños locales de Copenhague, Londres, Nashville y Hollywood. Precisamente allí se fijó en él Matt Forger, en su día ingeniero de sonido de ‘Thriller’ (Michael Jackson) y acabó produciéndole en 2010 su primer disco, ‘The Future‘, que sonó en muchas radios estadounidenses, inglesas y escandinavas y que le permitió convertirse en el primer groenlandés en subirse al escenario del mítico Festival de Glastonbury.
Con él cerramos este peculiar viaje musical por uno de los lugares más desconocidos del Norte de Europa y, sin embargo, uno de los más interesantes. Te recordamos que puedes escuchar el programa (y la entrevista sobre Groenlandia con el periodista Ander Izagirre) haciendo clic en el reproductor que tienes unos párrafos más arriba.
Un comentario sobre “Hay pop en Groenlandia más allá del hielo”