El fotógrafo danés ha ganado el prestigioso premio gracias a esta instantánea tomada en San Petersburgo. La imagen refleja un momento íntimo de una pareja gay rusa, miembros de un colectivo perseguido por el Gobierno de Putin. El jurado del galardón ha destacado el componente social y de actualidad de la instantánea.
En principio, una imagen de dos amantes en la cama no resulta especialmente llamativa ni especial, más bien podemos suponer que es algo cotidiano. Pero si tenemos en cuenta que se trata de una pareja de hombres en Rusia todo cobra una especial relevancia. Es el caso de Jon (21 años) y Alex (25), que viven en San Petersburgo, protagonistas de una fotografía en claroscuros que ha merecido el World Press Photo 2014, recientemente fallado.

El autor de la instantánea es el fotógrafo danés afincado en Copenhague Mads Nissen, que habitualmente trabaja para el diario Politiken, un periódico en el que precisamente se publicó la imagen, dentro de un reportaje sobre las dificultades que vive el colectivo LGTB en Rusia, más si cabe desde que en 2013 entrara en vigor la ley que prohíbe cualquier tipo de actitud no heterosexual en público.
Eso es lo que ha destacado el jurado del World Press Photo tras haber elegido la instantánea ganadora. Para Michelle McNally, del New York Times, se trata de una imagen «estéticamente poderosa y repleta de humanidad». Pamela Chen, otra miembro del jurado, afirma que «refleja la vida diaria, algo que es noticia y también algo que es universal». Para Alessa Gaviano, la foto «trata sobre el amor como algo global que trasciende la homosexualidad. Ofrece un potente mensaje al mundo, no solo sobre la homosexualidad, sino sobre la igualdad, el género».
Cerca de 6000 fotoperiodistas han concurrido a la quincuagésimo octava edición del World Press Photo, dotado con 10.000 euros para el ganador. En total, se han presentado casi 100.000 imágenes tomadas en 131 países del mundo. Y seguramente, ni Jon ni Alex se imaginaban, en la penumbra de una habitación de San Petersburgo, que su momento de intimidad, de caricias y complicidad a espaldas de una sociedad que los rechaza y los persigue, se convertiría en enseña de la libertad de expresión, del amor en todas sus facetas.