Helen Sildna: «En Tallinn no hay forma de escapar de la buena música»

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Aunque últimamente (y con razón) se habla por todas partes del boom de la industria sueca del pop, varios cientos de kilómetros al este, en Estonia, se encuentra uno de los mercados musicales más florecientes del mundo e íntimamente ligado con la evolución de las tecnologías. Analizamos este fenómeno con la persona que mejor nos puede hablar del mismo, Helen Sildna, fundadora y responsable de la prestigiosa Tallinn Music Week.

El pasado 28 de marzo, ante micrófonos y cámaras de muchos medios de comunicación, Helen Sildna abría oficialmente la celebración de la sexta Tallinn Music Week. Comenzó su discurso afirmando que la industria musical «vive tiempos excitantes». Habrá quien tilde de locura esta declaración pensando en la piratería, en los impuestos que pagan las actividades culturales. Es en este momento de crisis cuando conviene mirar al Norte y descubrir que en Estonia se está trabajando muy duro, con gran creatividad y libertad, para hacer que crezca el «negocio» de la música, cualitativa y económicamente.

Detrás de todo ese trabajo se encuentran varios nombres propios. Uno de los principales es, sin duda, Helen Sildna, promotora musical y productora de eventos que en 2009 creó la Tallinn Music Week. «Por entonces era un evento de música únicamente estonia, pero a lo largo de estos 5 años hemos crecido de forma significativa. Empezamos con 60 artistas en el cartel y este año tenemos a casi dos centenares, entre músicos, bandas y cantantes. Vienen de 20 países desde muchas partes del mundo, desde Israel e Irán hasta Georgia pasando por Rusia o Finlandia y casi cada rincón de Europa».

Helen Sildna
Helen Sildna en la apertura de la TMW 2014, el pasado 28 de marzo

La Tallinn Music Week reúne, a lo largo de un fin de semana en primavera y en la capital de Estonia, a todos los sectores implicados en el mercado musical. «Además de un festival, Tallinn Music Week es también un foro de conferencias de la industria musical báltica impartidas por unos 80 profesionales y organizaciones. Y desde hace 2 años, hemos creado un festival paralelo de gastronomía para intentar dar una experiencia de sensaciones lo más completa posible a los que nos visitan estos días y porque la calidad de la cocina estonia está aumentando».

El éxito en solo seis ediciones ha sido apabullante. La Tallinn Music Week (a partir de ahora TMW) se ha convertido en el principal evento de estas características en toda la zona báltica. Nos atrevemos a decir que incluso en todo el Norte de Europa, junto al Festival by:Larm que se celebra en Noruega. Helen Sildna señala que el éxito no se ha visto solo en la repercusión de la TMW de puertas afuera, sino en la propia ciudad, en la que se respira la música por cada esquina durante estos días.

«Queremos conseguir que la música sea asequible en todos los sentidos, que esté al alcance de la mano de cualquiera»

Desde hace un par de años, los conciertos no solo tienen lugar en las salas y teatros, sino en librerías, cafés, galerías de arte… «La razón por la que lo hacemos es en parte también porque el programa habitual se celebra en un horario nocturno bastante tardío, hasta las 3 o las 4 de la madrugada, y abrir los espectáculos a la tarde y a otros espacios de la ciudad permite a los tallineses más jóvenes, más mayores y a las familias verse implicados en la TMW. Queremos conseguir que la música sea asequible en todos los sentidos, que esté al alcance de la mano de cualquiera. Incluso para los que no pueden salir de casa, nuestros conciertos están disponibles en streaming y las canciones de muchos grupos las ofrecemos en listas de reproducción a través de nuestra web. La gente puede descargárselas en las zonas wifi de la capital».

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Concierto de la cantante estonia de jazz Kadri Voorand en una tienda de ropa, TMW 2013

Si nos quedaba alguna duda, la creadora de la TMW lo confirma: «En Tallinn no hay forma de escapar de la buena música», y nos invita a escuchar a alguno de los casi 200 grupos que han participado en esta última edición, la mayor parte de ellos, estonios. Surge entonces la inevitable comparación: los vecinos del Oeste, los países nórdicos, sí que han conseguido algo que en el Báltico solo se encuentra en estado de germen, que su industria musical pese en el extranjero. «Bueno, ha sido un fenómeno fantástico cómo la escena creativa nórdica, no solo la musical, sino también la del diseño, por ejemplo, cómo ha sido promocionada en todo el mundo. Siempre ha habido un esfuerzo consciente en estos países a nivel estatal por promocionar la creatividad y es algo que supone un gran ejemplo para nosotros los bálticos».

Y en este sentido, ¿qué pasa con la escena báltica? «Desde que creamos el festival hace 5 años, he podido ver una evolución importante. Cuando por entonces hablaba a la gente de la prensa sobre grupos estonios, letones o lituanos, nadie los conocía, y ahora hemos pegado un gran salto a ese respecto. Muchos de los que han venido a cubrir el festival han dicho que Tallinn les parecía, en el terreno musical, la nueva Reykjavík, o Estonia la nueva Islandia. Creo que antes de que Björk o Sigur Rós se hicieran conocidos, nadie sabía mucho sobre la escena musical islandesa. Aquí tenemos una gran base. Estonia es realmente una nación “que canta”, con la música y el canto muy arraigados en la población desde hace muchísimas generaciones. La educación musical ocupa un lugar muy importante en la enseñanza. Quiero decir que es evidente que el talento está ahí, en un montón de artistas de todos los géneros, hasta en la música clásica, terreno liderado por el más conocido de nuestros nombres propios, Arvo Part».

«Cuando estalló el éxito de ABBA y la música sueca, en la zona báltica no se había oído hablar aún de una posible industria musical. El rock estaba prohibido durante la Unión Soviética»

Efectivamente, el panorama de la música en Estonia, una nación con algo menos de un millón y medio de habitantes, es uno de los más ricos y creativos del planeta, pero queremos saber por qué aún no ha despuntado fuera de sus fronteras, a diferencia del heavy finlandés, la electrónica danesa o islandesa, o el pop sueco. Para explicarlo, Helen Sildna asegura que hay que mirar atrás. «Quizás la razón por la que la música báltica aún no es muy conocida internacionalmente es nuestra propia historia: solo han pasado dos décadas desde que conseguimos liberarnos de la Unión Soviética. Mientras estábamos bajo el yugo de la URSS, Suecia, Finlandia o Islandia se encontraban ya desarrollando su industria musical, durante los años 70 y 80. Cuando el éxito de la música sueca estalló gracias a ABBA, en la zona báltica aún no se había oído ni hablar sobre la posible existencia de una industria musical. Ten en cuenta que el rock estaba prohibido en la Unión Soviética. Por eso aquí la industria musical no está aún muy desarrollada, pero creo que todos los países que fuimos ocupados por el comunismo tanto tiempo, vivimos un momento muy excitante ahora. No solo los bálticos: también Polonia, Hungría, Eslovaquia o Croacia están sintiendo lo mismo».

Llevamos un buen rato hablando de industria, e incluso de negocio, pero en el terreno de la música esto no significa necesariamente «ganar dinero». «Te puedo asegurar que aquí, todo el que está buscando el éxito en el mundo de la música lo hace por una necesidad pura de difundir su creatividad. No estamos intentando imitar lo que funciona en el mercado. Respondemos al deseo de hacer algo creativo y bueno. Por eso nuestra escena musical es tan rica en muchos sentidos. Por eso aquí te puedes encontrar hasta una banda vanguardista de punk que juega con el jazz. A veces yo misma me sorprendo de la cantidad de artistas que tenemos con una población relativamente pequeña. Este año en el festival tenemos más de 150 grupos, cantantes y músicos de Estonia, y ya estamos con la excitación de pensar a cuáles de todos los demás vamos a promocionar en la próxima edición».

Terminamos la conversación con Helen Sildna (a la que agradecemos enormemente que haya compartido con nosotros esta larga conversación en plena celebración de la TMW) convencidos de que podemos estar asistiendo a un momento único y especial. Ese en el que sabes que se está gestando algo que dentro de unos años dará que hablar al mundo: la eclosión a nivel internacional de la buena música báltica y «made in» Estonia. Si quieres escuchar a Helen Sildna de viva voz haz clic en este reproductor y accede al audio de nuestra entrevista.

 

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