La artista islandesa ha convertido las canciones de ‘Vulnicura’, su último disco, en una exposición en la que la realidad aumentada y la experiencia sonora inmersiva tienen un papel esencial. Una vez más, Björk pone la tecnología al servicio de los sentimientos que quiere transmitir con la música. ¿Quieres continuar? ¡Ponte los auriculares!
¿Pueden los sentimientos humanos transmitirse a través de la tecnología?
Con este interrogante comenzamos nuestra última aventura sonora. 40 minutos grabados con calidad 5.1 para que puedas sumergirte de lleno en Björk Digital, la nueva exposición creada por la artista islandesa sobre el universo que rodea a las canciones de su último disco, Vulnicura. (Algunas de las citas que reproducimos en el siguiente artículo, puedes escucharlas de la propia voz de Björk en nuestro programa. Recuerda: ponte los auriculares y haz clic en play).
Vulnicura, el octavo disco de estudio de Björk publicado a comienzos de 2015, tenía un claro objetivo: contar en primera persona el duro proceso que comienza tras una ruptura amorosa, como la que la propia artista sufrió al separarse de su última pareja tras muchos años de relación. Las canciones del álbum son como una cura para las heridas sentimentales, heridas abiertas.
La artista se desnuda así ante todo aquel que quiera escucharla. ¿Solamente escucharla? No, porque para Björk la música no son solo sonidos sino también imágenes. Y así surgió Björk Digital, inaugurada en Sidney en junio de 2016. No es una exposición al uso, sino «una instalación inmersiva de realidad virtual que ha comisariado la propia Björk», según nos cuenta Rosa Ferré, directora de exposiciones del CCCB de Barcelona, donde la muestra acaba de abrir sus puertas hasta septiembre de 2017. «Ella considera que la realidad virtual le da muchas posibilidades al género del videoclip». Si hay algo que ha caracterizado la música de la islandesa desde sus comienzos es el especial acompañamiento que han supuesto los vídeos a sus canciones, algunos de ellos dirigidos por cineastas de culto como Spike Jonze o Michael Gondry.
«Los humanos estamos progresando muy rápido. Las herramientas que usamos cambian igual de rápido. En este sentido es importante que pongamos nuestra alma en esas herramientas, en todo lo que hacemos».
Björk
Björk Digital da un paso adelante al hacer que el visitante se meta dentro de ese videoclip, con imágenes creadas en tres dimensiones especialmente para la ocasión. «La artista piensa que la realidad virtual es la evolución natural del videoclip. Tiene un gran potencial teatral que le facilita el viaje emocional que quiere realizar junto a su audiencia», añade Rosa Ferré.
La exposición consta de varias salas. En tres de ellas el espectador, armado con auriculares y gafas de realidad inmersiva, se sumerge en el doloroso universo de las canciones de Vulnicura. En el vídeo de una de ellas, ‘Family’, se condensa todo el proceso, desde la ruptura hasta la resurrección, y casi hasta se puede tocar a ese ser tan real como virtual creado en la animación. A veces parece que estamos bajo el agua, otras, en una playa islandesa y otras (esta de verdad) dentro de la boca de la propia artista. Björk como un ciborg, como un ser de los fondos abisales, como una persona frágil y vulnerable.
En un artículo de la revista Noisey, Elisabeth Sankey compara la actitud de Björk con la del actor Bill Murray: «son artistas venerados que viven y operan dentro del sistema, pero no interactúan con él de una manera común. Es como si flotaran en otra dimensión, a la cual nos dan acceso cuando lo creen conveniente». Y Björk le ha dado al mundo la posibilidad de acceder a su universo más íntimo a través de esta muestra de la forma más directa y cercana que uno se pueda pensar.
«Mi trabajo es ser emocional, pero lo mismo le ocurre a las enfermeras, los médicos, las psicólogas, los maestros…»
Björk
Para ver, mejor dicho, para vivir Björk Digital hay que reservar día y hora, ya que solo pueden acceder a la sala grupos de 25 personas como máximo. La visita dura unos 90 minutos en los que también hay espacio para experimentar, al final del recorrido, de la app que Björk ideó para acercar al mundo de la educación las canciones de su disco Biophilia (2011), aplicación inteligente que formaba parte de un proyecto educativo en el que ya trabajan muchos centros escolares de la zona boreal (si haces clic en este enlace, entrarás en nuestro post más leído desde que existimos).
Comenzábamos este artículo preguntándonos si pueden los sentimientos transmitirse a través de algo tan aparentemente frío, inhumano e inerte como la tecnología. Posiblemente, tu respuesta tras visitar esta muestra sea afirmativa, quién sabe.
Hemisferio Boreal 
Reblogueó esto en Historias de búsquedas viajando a lugares frios de la Tierra..
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